Día de fiesta nacional y yo me dedico a estar en casa, sí que me va la marcha jejeje.
Por la mañana me quedé en casa de mis padres hasta la hora de comer, porque como hacía dos semanas y media que no nos veíamos les dije que me quedaba a comer.
Después de comer me volví a casa, para hacer... nada, para descansar, para disfrutar de estar en mi casa.
Como siempre en estos días me apalanco en el salón, cojo mi portátil, mi libro o libros, y alguna otra cosa, en este caso cogí el tablet y me puse a pegarle pegatinas, porque soy así de monosa para estas cosas.
Adoro poder estar en casa, disfrutar de ello porque implica que es un hogar. Y es en estos momentos cuando me pongo a pensar en lo estúpida que fui hace tiempo (ya un año) y aguantar en aquella casa que no era hogar ni nada. Tengo la sensación de que todo aquello fue como un mal sueño, aunque tampoco es eso, porque digamos que esa parte de mi vida la tengo un tanto olvidada, no tengo ni buenos ni malos recuerdos, simplemente era un sitio donde dormía y ya. Ahora no sé lo que ha pasado con aquella gente, aunque luego por ahí me van informando, pero cada vez que me cuentan algo siento bastante indiferencia, simplemente me alegro de haber tomado esa decisión que me costó tanto en su época y me causó tantos dolores de cabeza porque no la tomé antes, sino que llegué a consumirme casi del todo.
Con todo esto he aprendido que no debo conformarme con cualquier cosa, siempre hay que querer más, siempre puedes ser lo que quieras, pero para ello tienes que tomar decisiones, a veces más fáciles, a veces más difíciles, y lo mejor de todo es que después de cada decisión tomada aprendes una lección y descubres que eres feliz con ella.
Sé que últimamente estoy muy reflexiva, pero debe ser el tiempo, que como anda cambiando hace que los sentimientos estén a flor de piel.
Y nada más por hoy, voy a prepararme para irme ya a dormir porque mañana trabajo, sé que para el resto de los madrileños sigue siendo fiesta pero hay otros que somos los pringaos que tenemos que hacer como si fuera un día normal y corriente.
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