Destrucción

Vaya día, hoy mis instintos asesinos están a flor de piel.

De nuevo movidas con los repartidores, manda cojones que se tiren el día llamando por teléfono y luego exijan que estés a una hora para el reparto, te pasas por el sitio y miras si hay alguien, que parece que no os da la gana currar.

Y bueno, en el trabajo estoy un tanto hasta las narices de listas, y listas de listas, y la lista búsqueda, lista copia... quién inventara las listas se debió quedar a gusto.

En fin, he estado todo el día mirando lo de una lista que no sabemos de dónde se carga pero lleva datos que no debería, así porque sí, maldita. Lo medio bueno es que creo que antes de irme he visto un poco por donde podría tirar el asunto.

Al llegar a casa me han dado ganas de matar a todos los humanos, pero he decidido tomarme un helado riquísimo, una pequeña terapia que funciona.

Y mis bichejos por fin tienen su comida (después de pelear con el estúpido del reparto), así que en la tarde creo que todos hemos estado contentos, en la medida de lo posible.

¿Dónde está el libro que me falta de amazon? Juas, eso me gustaría saber a mi, porque lo majos del reparto resulta que ya no lo reparten hasta que me ponga en contacto con ellos, pero como no han dejado nota no tengo cómo llamarles, en fin, voy a odiar eternamente a los repartidores. Que parece que si estás esperando una cosa no puedes moverte de casa en todo el día por si se les ocurre la genial idea de repartirlo, porque si les dices "por la tarde" ellos lo ponen en el horario de 17 a 19, ¡ole sus huevos! A ver quien es el listo que trabajando está a esa hora en casa.

Venga, me he prometido no renegar más, no enfadarme más y dejar que el mundo sobreviva un día más, pero juro que si el día de mañana vuelvo a tener problemas con los repartidores quemo a todos.