lunes, 25 de febrero de 2008

Demente



No señor juez, no estoy loca.

Puede que esta mañana en el laboratorio nos hicieran beber ciertas cosas raras en esos vasos de chupitos de plástico en los que ponen las pastillas a los enfermos.

Puede incluso que hasta no nos dijeran a ciencia cierta que es lo que había y los que llenaban los vasos se escondieran para que no supiéramos que había.

Puede que luego nos hicieran comer unos melocotones y un bizcocho.

Reconozco que el recreo fue raro porque hubo tres móviles intentando sincronizar la misma canción pegadiza, mientras que yo estaba desesperada por gastar dos euros de saldo en el móvil, lo cual intenté bajándome un video de youtube.

Me suena que en algún momento miré hacia la ventana y pregunté donde estaría mi manicomio.

Recuerdo que después apareció esa escritura en mi mano.

Hubo algo con unas balanzas, cintas métricas.

También en algún momento alguien tuvo la idea de ir a mear para pesar menos. Y en ese cuarto de baño hubo sucesos como una puerta que se quiso desprender de su pomo o una cadena que no quiso funcionar.

Y quizá después de todo esto dio mala impresión cuando llegué a la universidad con la mano pintada (aunque quise borrarlo no quiere quitarse), saqué de mi mochila un vaso de chupito y expliqué que nos dieron cosas raras en el módulo sin decirnos que era.

Pero juro señor juez, que todo esto no es porque esté loca. Simplemente hoy ha sido un día un poco raro.


Aunque en definitiva tampoco se aleja mucho de los demás días que paso en ese sitio pequeño donde saca las cosas más raras de cada uno.

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