lunes, 7 de mayo de 2007

Subir y bajar, la cuestión es no parar




Sentir como no tengo tiempo para nadie, pero a la vez darme cuenta de que tengo un momento para cualquiera. Porque cualquier llamada merece ser atendida, sobre todo cuando es un amigo quien te necesita.

Mientras, me siento agobiada con los estudios, noto que el tiempo se me escapa de las manos y tengo miles de planes para hacer pero sin ganas de ello. Queda mucho y poco tiempo a la vez. Quiero comerme el mundo en un segundo y al siguiente quisiera esconderme hasta que todo pase.

Son estos momentos de estrés antes de toda la tormenta que me espera.

Cuento los días que quedan, las cosas que debo hacer y cuándo debo terminarlas.



La cuenta atrás ha empezado, y esperemos que esta vez me sobre algún segundo.

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