domingo, 13 de mayo de 2012

Vivir en el norte, vida en el sur




Y como me pasa todos los domingos actualmente hago un balance de cómo están las cosas ahora mismo.

Resulta que ahora vivo en el norte, pero toda la gente que conozco está en el sur, y entre sábado y domingo me tengo que repartir entre amigos, novio y familia. La cuestión es que no son capaces de cambiar las costumbres para intentar adaptarse un poco a mi nueva situación.

Los amigos siguen queriendo pasar el sábado en la asociación durante todo el día, cualquier plan que propongas que suponga salir de allí es inviable, a menos que sea algo que ellos previamente hayan decidido hacer, y esas cosas normalmente son o ir a Fuenlabrada o irse a algún pueblo más al sur (así para que me quede bien ir y tal).

Luego están mis padres, que para mi madre tengo que ir todas las semanas a visitarla, pero como algunos fines de semana trabaja tengo que esperar a que salga de trabajar para comer con ellos y luego ya irme.

Y lo mejor de todo es que tengo que volver pronto para evitar el atasco y encontrar un sitio para aparcar.Si lo digo me pueden soltar un "es que allí está difícil eso" pero no se les ocurre cambiar esa costumbre.

Entonces con todo esto es normal que no conozca nada de esta zona, los únicos días que puedo dedicar algo a ello me hacen ir hasta allí, atravesar todo Madrid y luego para no hacer nada del otro mundo, cosas que podría hacer en casa igualmente.

Y los afectados en todo esto son ellos, mis bichejos, porque me voy de aquí el sábado a medio día y vuelvo el domingo por la noche, puede que parezca una tontería, pero yo me siento mal porque yo les pongo el pienso por la mañana y están acostumbrados a su desayuno, así que por intentar contentar a otras personas los pobre sufren un "abandono". A parte no tengo tiempo para montarles la esquinera porque primero tengo que ir al ikea a comprar las herramientas para montarla y luego tener tiempo para ponerla, pero claro, no me dejan ir al ikea porque en la división de gente que tengo no se contempla eso de pasarse por ahí.

Voy a dejarlo un poco eso, porque todos los domingos me cabrea un poco este asunto, que yo tenga que pensar en los demás pero ellos no se molesten ni un poco en intentar adaptarse a mi.

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