Después del movidón tan impresionante que hubo ayer en el curro, hoy resulta que no ha pasado nada. Todo el mundo feliz, haciéndose bromas los implicados... yo hay cosas que no puedo llegar a entender.
Quitando las cosas del curro diré que por la tarde nos fuimos Fiusa y yo a la Vaguada. Iba a ver si me repasaban el tatuaje, pero ahora resulta que hay que pedir cita, así que la he pedido para el viernes.
Luego nos hemos ido a los 100 montaditos porque hoy es miércoles. Y cuando he pedido yo no sé que lío se ha hecho el hombre encima que me ha puesto dos jarras de sangría cuando solo le he pedido una y cuando solo me ha cobrado una. Así que nada, una jarra gratis no se desperdicia nunca, eso sí, me he venido muy contenta a casa porque era la segunda ronda, es decir, que al final me he tomado con la tontería tres jarras yo sola.
Entonces he empezado a contarme chistes de esos que solo entiendo yo, y a veces pueden llegar a entender otras personas, informáticos quizá, y también me he acordado de un monólogo de Dani Rovira, porque me parecía que lo que yo contaba tenía tanta conexión como un chiste que él cuenta.
Pues eso es básicamente mi día, unas horas un poco raras y luego a beber y disfrutar de cosas gratis.
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