viernes, 6 de julio de 2007

Un mundo interior




Llamada que me despierta para preguntarme si voy a una revisión de examen, como no tenía nada más interesante que hacer acepto.

Vestirme, despertarme, recoger la habitación, dar de desayunar a los bichos y desayunar yo en poco más de media hora.

Llegar a la uni media hora antes de la revisión.

Ver como la gente hace cola desde casi una hora antes.

Protestas porque no sube nota.

Vuelta a casa para comer.

Comer, ver sé lo que hicisteis y descansar un poco.

Ducharme y salir a comprar unas cosas.

Caer en las manos de promotores simplemente porque al haber trabajado en eso uno sabe lo duro que es.

Pedir información para ver como puedo trabajar de ello este verano.

Llegar a casa para cenar y descansar un poco.

Salir un ratejo hasta más de las tres.

Volver a casa y coger el ordena para actualizar esto.

Pensar si realmente me conviene el trabajo ese, a lo mejor me quedo un mes o así y luego me quito para estudiar.

Decidir que paso de pensar más en ello y que lo piense la almohada por mi.

Recordar que había una almohada en la que un lado decía que sí y otro que no.

Pensar que no es tan tontería comprarla, así te quitas de muchas cosas.

Imaginar como sería el mundo si alguna cosa pensara esas decisiones.

Concluir que no se hará realidad nunca.

Mirar el reloj.

Demasiado tarde.

Pensar en terminar esto para poder irme a dormir.

Descubrir que tengo las piernas heladas.

Ver que pongo tonterías sin sentido.

Tomar la decisión de cotar esto directamente.


Conclusión: tengo un gran mundo interior, pero comunicarlo a los demás puede resultarles demasiado caótico.

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