Mañana tengo un examen que no debo suspender y eso hace que me agobie más aun por ello. Espero que salga todo bien y me la quite porque es la última que tengo de primero.
He empezado hoy un poco de esos planes que tengo para el verano, a ver si consigo mi propósito y no me desanimo por el camino.
También siento terror por otro que aun no está en marcha, pero sé que cuando lo esté me traerá horas de dedicación al principio y me da pánico no estar a la altura, pues hay más gente que está pendiente de ello. Y yo tengo toda la responsabilidad.
Además tengo que intentar hacer dos prácticas para entregar el jueves como muy tarde y estudiar para otro examen que tengo también ese día.
Añadimos que tengo que mirarme las prácticas de todo el año de una asignatura porque el viernes nos hacen el examen práctico.
Y supuestamente después de todo esto solo me quedaría un examen, que es al que creo que tengo más miedo.
Así que mi día a día es estar con miedo a que las cosas salgan mal y se me escapen de las manos. Odio esta sensación en el estómago.
Menos mal que he podido hacer un pequeño alto en el camino y hablar con una vieja amistad, después de conocernos desde hace cuatro años por fin vamos a vernos en persona. Para muchos será un detalle sin importancia, pero a mi me alegra mucho poder ver a alguien con quien compartí mucho tiempo, aunque las circunstancias de la vida nos hayan separado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario