
Un martes aburrido pero al menos corto. Por la tarde fui a darle clase al niño, la última clase hasta nuevo aviso. Al parecer van a intentar que estudie con el padre y si va bien no me vuelven a llamar. Ha sido un amargo momento el de despedirme del chico, porque no le he dicho que fuera para siempre y la cara que ha puesto de pena me ha llegado al corazón. Yo también le había cogido cariño, debe ser que estudiar une a las personas. Le deseo lo mejor y que consiga tener buenas notas de aquí en adelante.
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