domingo, 9 de julio de 2017

Por una mirada


Hay miradas que dicen mucho, miradas en las que te puedes perder, miradas que te dan todo en un momento.

Debido al cumpleaños de mi padre nos hemos ido hasta Guadalajara a comer, bueno, un poco más allá, a un pueblito que no tiene mucho. Creo que sólo tiene el bar en el que hemos estado.

Y a parte de la comida he podido estar con el sobri, ese proyecto de personita que me sorprende cada día por las miradas que me echa. Sé que no le veo mucho, que no tengo mucho contacto con él, pero tengo la sensación de que siempre que le hablo me escucha atentamente, aunque el pobre no entienda la mitad de las cosas porque su tía siempre dice cosas raras.

¿Qué seré para él? ¿Si viviéramos más juntos podría conseguir igualmente esas miradas? Sé que los niños aprenden las cosas por imitación, y está claro que siempre que me ve hacer algo nuevo él lo imita, porque aprender es divertido, hacer algo nuevo es un desafío. Quizá en unos años pueda ver qué es realmente lo que ese bichejo ha aprendido por mi.

Al volver a casa veo como mi pequeña familia me echa de menos, y la cosa peluda mucho más. Notar que necesita estar a mi lado, que simplemente quiere formar parte de todo, y esos ojos, ¿quién se puede resistir a esos ojos?

Reflexiones de domingo, palabras no dichas, gestos interpretados, sensaciones, sentimientos... guardo este momento.


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